Ya sumergidos en el verano, todo nos refiere a arena, mar y calor... mucho calor. Puede que sea momento de alistar las maletas y aprovechar la temporada para un buen chapuzón; a nosotros, el calor nos recuerda el proceso de la sublimación, pues día a día miles de yardas de tela son expuestas a altas temperaturas en nuestras instalaciones.
La sublimación utiliza el calor como un gran aliado, tras asegurarnos que el diseño y los colores son los que buscamos, estos son impresos en un papel de alta calidad con tintas especiales.
Una vez el papel está impreso, estamos listos para el siguiente paso del proceso: la estampación. A una temperatura de hasta los 215°C el papel y la tela son perfectamente alineados. Con el calor, la tela se abre y la tinta se sublima, pasando al estado gaseoso e impregnándose en la tela de manera permanente.
Es importante ajustar el tiempo y la presión de planchado según el tipo de tela o material, ya que algunos pueden ser más sensibles al calor que otros materiales. Nuestro equipo y maquinaria se especializa en realizar este proceso con una alta atención al detalle.
El calor nos permite que el color sea vibrante en la tela y una nitidez en la imagen y los detalles. Así que sí, amamos el calor y lo aprovechamos para asegurar que aprovechamos todos sus beneficios en el proceso de sublimación en tu proyecto.